Corre el rumor de que la Escuela debe cambiar. Se
habla de la organización de los espacios, de la participación activa del
alumnado y de su implicación en el proceso, del cambio de papel y funciones del
profesorado, de las familias, de muchos aspectos que han de converger en la
calidad y en el éxito de nuestras escuelas y de quienes participan en ellas.
¿Nos
hemos parado a compartir nuestro concepto de Escuela? Fundamental.
¿Qué
entendemos por aprendizaje?
Debemos ponernos de acuerdo para abordar los
cambios que necesita la Escuela. Ahí, en ese debate, surgirá inevitablemente la
metodología, cómo desarrollamos nuestra tarea de docente y de discente. Acercar
la gamificación a la Escuela nos ayuda a cambiar de perspectiva, a modificar
nuestro punto de vista sobre la tarea educativa.
El término gamificación aparece en EE.UU. en la
primera década del siglo XXI, es decir, ahora, y se va imponiendo en muchos
ámbitos de la vida empresarial. ¿Por qué no en la Escuela?
He tenido la
oportunidad de leer, disfrutar y jugar con este libro titulado: Gamificación. El poder del juego en la
gestión empresarial y la conexión con los clientes de Inma Martín y Esther
Hierro (Empresa activa), que nos ofrece argumentos para demostrar la falacia
que encierra el antiguo y repetido dicho “la letra con sangre entra”. Porque
así solo entra el miedo y la inseguridad que bloquean y evitan el compromiso y
la innovación. El juego permite crear situaciones de relación social, permite
la autosuperación, la creatividad, permite compartir, disfrutar, aprender,
crear,… ¿Podemos utilizar esta metodología en nuestras aulas? Podemos pensar en
este tipo de estrategias, de técnicas para proponer experiencias de aula
significativas y motivadoras?
En el juego hay un elemento fundamental que nos interesa rescatar para nuestros
proyectos de aula: las mecánicas y dinámicas del juego siempre orientan al
jugador a la acción, por lo que el jugador se esfuerza, se concentra, intenta
superarse para conseguir el reto que se ha marcado, se siente implicado y con
éxito. Nos interesa la acción en nuestros proyectos, generando experiencias
significativas, motivadoras, de éxito.
Este libro, de lectura agradable, nos invita a
jugar, a reflexionar sobre lo que significa o puede significar la gamificación
en nuestras vidas. Así, tras unas simples instrucciones nos permite gamificar
procesos, de acuerdo con nuestros intereses, nos permite ir creando nuestro
proyecto personal y profesional, con un asesoramiento muy interesante realizado
por las autoras. Nos hacen ver situaciones y posibilidades en las que ni
siquiera habíamos pensado, resolver conflictos que surgen en el quehacer
diario, adentrarnos en situaciones empresariales, de gestión, educativas, en
las que la gamificación ofrece haces de luz y puertas abiertas a la innovación,
a la participación y al éxito.
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